
Por Katiuska Gutierrez
Líder de Proyectos de Diseño
Quienes forman parte del sector construcción en el Perú probablemente ya están familiarizados con estándares internacionales como LEED, el sistema de certificación norteamericano que garantiza la sostenibilidad de los edificios y su relación armoniosa con el medio ambiente. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, otros factores han entrado a tallar al momento de planificar e implementar proyectos.
La OMS ya ha advertido que los seres humanos pasamos más del 90% de nuestro tiempo en espacios interiores y, en este sentido, muchas organizaciones y empresas han empezado a fijarse en el impacto que tiene el lugar donde se realizan las operaciones en los usuarios del mismo.
«Su foco es la salud de las personas, pero en un sentido amplio del término: tomando en cuenta criterios como la exposición a cierto tipo de iluminación, la utilización de materiales que podrían ser nocivos y hasta la implementación de áreas que promuevan el movimiento.»
La certificación WELL, lanzada en 2014, ha ido ganando terreno en el sector pues ha fijado un estándar de construcción desde una perspectiva humana. Su foco es la salud de las personas, pero en un sentido amplio del término: tomando en cuenta criterios como la exposición a cierto tipo de iluminación, la utilización de materiales que podrían ser nocivos y hasta la implementación de áreas que promuevan el movimiento. Aspectos que -si lo vemos desde un punto de vista empresarial- repercuten en la sensación de bienestar de los empleados, en su asistencia al centro de trabajo y hasta en su productividad.
Aunque en el Perú aún no hay espacios que cuenten con esta certificación, el sector empresarial no ha sido ajeno a las preocupaciones que menciono, y esto es algo que hemos podido constatar desde DRRP debido a nuestra metodología de trabajo. Todos nuestros proyectos parten de una etapa de investigación de campo previa en la que buscamos entender las diversas dinámicas laborales de la empresa: cómo se relacionan las áreas y puestos de trabajo, cuáles son sus necesidades y quejas.
«El espacio también educa: puede cambiar la cultura de una organización y el comportamiento de sus usuarios.»
Abordar el diseño así, con una perspectiva humana -como también propone el estándar WELL-, permite implementar soluciones desde el espacio que tengan un impacto directo en los usuarios finales. Pueden ser detalles pequeños como ubicar los alimentos saludables del kitchenet a la altura promedio de los ojos de los trabajadores o incorporar señalética que informe al usuario sobre los peligros de la exposición prolongada a la luz artificial. O, incluso, decisiones de mayor magnitud como plantear una escalera en un lugar estratégico para promover el movimiento o destinar un área específica para el ejercicio físico. El espacio también educa: puede cambiar la cultura de una organización y el comportamiento de sus usuarios.
En este sentido, en DRRP tenemos una especial afinidad con la certificación WELL, pues está en sintonía con la manera en que hemos venido trabajando con nuestros clientes durante años. Lo que el usuario final respira, escucha, siente y consume todos los días influye en su organización y en su funcionamiento. Es importante que el sector empiece a poner su salud en el lugar protagónico que merece.